La perspectiva filosófica del sistema terapéutico floral de Edward Bach

La curación por las flores implica el reconocimiento de vibraciones energéticas que, provenientes de éstas, llegan a los individuos tratados transportadas por el agua. Pero detrás de esta síntesis prevaleció en Edward Bach una concepción filosófica de la enfermedad y los enfermos.

Según el médico galés, la enfermedad tiene sus raíces en un conflicto entre el alma y la mente. Cuando nuestra personalidad se desvía del camino trazado por el alma, fuere por la propia acción o por influencia de otros. Asimismo, provoca enfermedad todo acto de crueldad o mal hacia los demás, en tanto atenta contra la unidad.

Debido a ello, y pese a lo negativo de su apariencia, la enfermedad es en si misma beneficiosa, dado que permite percibir ese conflicto, ese desequilibrio emocional entre el alma y la mente y, consecuentemente, corregirlo. Así tanto la prevención como la curación están ligadas a la erradicación de nuestros defectos, no por enfrentamiento con el mal, sino por desarrollo y crecimiento de la virtud opuesta.

En este contexto las flores actúan fortaleciendo o desarrollando actitudes positivas de optimismo, alegría, paz, tranquilidad, paciencia, coraje, fortaleza, sabiduría interior y seguridad.

Finalmente, Bach sostiene que son siete los estados de ánimo o emocionales que pueden alterar la salud. El miedo, que bloquea las iniciativas vitales; la incertidumbre, que deja a merced de los demás; la falta de interés por la realidad; la soledad orgullosa y egoísta; la hipersensibilidad respecto del juicio ajeno; el desánimo o la desesperación; la preocupación excesiva por los demás con carácter posesivo.

Estos siete estados de ánimo conformarán los siete grupos emocionales en los que se agrupan las 38 esencias florales del sistema terapéutico ideado por Edward Bach.

Jorge Eduardo Padula Perkins







miércoles, 1 de junio de 2011

Star of Bethlehem…como la leche, blanca

por Jorge Eduardo Padula Perkins

Cualquiera podría fácilmente suponer porqué uno de sus nombres es “Estrella de Belén” (Star of Bethlehem en lengua inglesa). La morfología de esta flor permite que se la asocie con una particular y brillante estrella.

Es una planta herbácea, de la familia de las liláceas, con hojas estrechas y más bien rígidas y con el tallo que alcanza como máximo medio metro.

Sus flores aparecen reunidas en inflorescencias muy densas. Son de color blanco y con la parte central amarilla oscura. Presentan seis pétalos con una raya central de color verde oscuro en la parte externa. Del centro de la estrella, sale una pequeña «corona» con seis «puntas» que presentan motas amarillas en los extremos. Se trata de los pétalos que rodean un ovario súpero de tres hojas junto con el estilo y el estigma. Seis pétalos perfectos, dan la imagen de estrella de David o del sello de Salomón.

Sin embargo no es tan fácil estimar la razón por la cual el Ornithogalum umbellatum tiene este llamativo nombre de “Leche de pájaro”.

En el siglo I, se denominaba a esta planta "Ornitogalo", que significa literalmente "leche de pájaro" de órnithos=pájaro y gála=leche. El mismo nombre por el que en la actualidad aún se conoce. La mencionan Dioscórides y Plinio. Dioscórides indica que "su raíz es bulboide, se come cruda, cocida y asada".

No existe acuerdo respecto de la causa originaria de esta denominación. Mientras algunos la asocian escatológicamente a la blancura de las deposiciones de las aves, otros estudiosos menos prosaicos vislumbran el nombre como emergente de la expresión “tan rara como la leche de pájaro”.

Ninguna relación tiene con sus homónimos el pastel de bombones tradicional ruso “leche de pájaro”, o el brebaje de agua y alpiste también conocido con este nombre o el de Lechuza.

La planta debe su nombre latino de especie, umbellatum (umbella = sombrilla, umbela), a que las flores se hallan arracimadas en el extremo de un tallo que tiene una longitud aproximada de 15 cm. Antiguamente se consideraban los bulbos como diuréticos y laxantes. También como emolientes (para reblandecer quistes y tumores de distinto tipo). No obstante, algunas fuentes refieren que sus bulbos tienen una composición toxica o venenosa, capaz de producir síntomas de depresión e hinchazón que podrían inclusive ser causales de muerte.

También conocida como “Leche de ave” o “Leche de gallina” y como “Culebrilla ajera”, es una de las 38 flores que integran el sistema terapéutico del Dr. Edward Bach.

En palabras del médico británico, esta flor es indicada “Para los que sufren un gran malestar debido a acontecimientos que les han producido una gran infelicidad.  El shock causado por graves noticias, la pérdida de un ser querido, el susto que sigue a un accidente o cosas parecidas.  Este trae alivio a quienes durante algún tiempo se niegan a aceptar consuelo”.

El nombre Estrella de Belén, no solamente hace alusión al origen geográfico de la planta sino que también esclarece el complejo simbólico que rodea a esta flor. En todo el Oriente Próximo esta flor era considerada símbolo de la pureza, de la inocencia y de la virginidad.

Leche de pájaro, como las demás azucenas, está marcada por la simetría del tres y del seis respectivamente. Su flor forma una estrella de seis puntas. En el hinduismo, la estrella de seis puntas es el símbolo de la unión entre los principios femenino y masculino, entre prakriti (la materia) y purusha (la conciencia), en el ser absoluto, no manifiesto y carente de propiedades.

En la imaginería de los antiguos griegos, este tipo de azucenas blancas habían surgido de gotas de leche salidas de los pechos de la diosa Heras y caídas sobre la Tierra, lo que ofrece otra mirada sobre los posibles orígenes de su láctea denominación.

A partir del bulbo de esta planta, la homeopatía elabora una tintura que se emplea para diversos conjuntos de síntomas, como son la depresión, el agotamiento, las afecciones inflamatorias de la piel, los trastornos gástricos, las náuseas, y como terapia para los síntomas concomitantes del cáncer gastroduodenal.

En la terapia floral de Bach, la Estrella de Belén forma parte, junto con Impatiens, Cherry plum, Rock rose y Clematis, del “Rescue Remedy” (remedio de rescate), combinación diseñada por su creador para enfrentar situaciones de emergencia o crisis.

Fuentes: